El peruano Andrés Avelino Palomino, ‘El Chino’, fue detenido en 2009 por intrusismo. En 1997 fue investigado en Francia por varios crímenes y llegó a pasar seis meses en prisión.
José Luis Cervero. Madrid
El Ministerio de Sanidad permitió que el pasado 29 de enero el peruano Andrés Avelino Palomino Barrios, alias El Chino, se presentara a las pruebas de acceso para obtener una plaza en el MIR. Este individuo fue detenido en Adra (Almería) en abril de 2009 por la Guardia Civil cuando ejercía la medicina sin la preceptiva titulación. En aquella ocasión se le intervino documentación presumiblemente falsa que utilizó para conseguir contratos en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y en la sanidad pública catalana y murciana, según ha podido conocer LA GACETA de fuentes de la investigación que dirige el Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia.
Perpiñán
Entre los documentos hallados a este falso pediatra los guardias civiles que lo detuvieron en Adra encontraron copia de un título homologado del Servicio Murciano de Salud, nóminas de la Sanidad catalana, y diplomas y certificaciones de universidades de Perú, Francia y España. Palomino llegó a acumular un total de 662 días cotizados a la Seguridad Social como trabajador del Servicio Andaluz de Salud entre los años 2005 y 2009. Su actividad laboral la desarrolló en Lepe, Huelva, Almería y Pozoblanco (Córdoba), según informó el diario 20 Minutos tres días después de producirse la detención de Palomino.
En diciembre de 1997, El Chino trabajaba como cirujano en el Hospital General de la localidad francesa de Perpiñán cuando fue detenido por la policía gala como sospechoso de una cadena de asesinatos y desapariciones de mujeres de origen árabe y latino, bautizado como “Los crímenes de la estación de Perpiñán”. Cuatro chicas desaparecieron entre 1995 y 2000, tres aparecieron desmembradas y a la última jamás la encontraron.
El Chino fue detenido y acusado de estos crímenes pero la policía francesa, pese a los minuciosos registros que llevaron a cabo tanto en su apartamento como en su minicaravana, no encontró restos biológicos que lo relacionaran con las muertes y desapariciones de estas mujeres, pese a que los cadáveres de dos de ellas aparecieron en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Perpiñán, cerca del domicilio de El Chino. Las muchachas presentaban heridas y mutilaciones presumiblemente hechas por un cirujano o un experto en el manejo del bisturí, según recogen las crónicas periodísticas de la época en la que ocurrieron los asesinatos.
Lo que sí encontró la policía francesa fue sangre en la ropa que llevaba Palomino, pero no era sangre humana sino animal. El Chino declaró a los investigadores que se había manchado de sangre porque “estaba haciendo un curso de carnicero”. Extraña y sospechosa dicotomía esa de cirujano y carnicero. La justicia gala terminó poniendo en libertad sin cargos a Palomino.
Estas mismas fuentes señalan que durante la investigación se descubrió que el peruano había trabajado como médico en al menos 18 centros sanitarios del país vecino, sin poseer la titulación exigida. Al final, sería expulsado de Francia y recogido aquí en España, siempre según las mismas fuentes.
No tardaría El Chino en volverse hacer pasar por pediatra y actuar en hospitales públicos. Pero el mero hecho de presentarse a los exámenes del MIR pone en evidencia que sus actuaciones como médico pediatra son fraudulentas porque en España –y desde 1978– para conseguir cualquier especialidad hay que aprobar primero el examen para Médico Interno Residente y hasta ahora El Chino no lo ha superado, lo que pone en evidencia que nunca ha podido obtener la especialidad de pediatra.
Sin papeles
Los guardias civiles que le detuvieron por primera vez constataron que no existía ninguna credencial u homologación como médico especialista en pediatría y en cirugía que se refiriera a este individuo, según la Subdirección General de Títulos y Relaciones con instituciones sanitarias, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
Sin embargo, según informó en su momento el Servicio Andaluz de Salud, sí figuraba en este mismo departamento la homologación de licenciado en Medicina por la Universidad de Trujillo, Perú, a nombre del falso pediatra. Este mismo individuo consiguió trabajar durante 24 horas en el Hospital Yagüe de Burgos, para lo que cambió el orden de sus apellidos y se quitó cuatro de sus entonces 66 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario